jueves, 16 de mayo de 2013
Expo Universos Paralelos
Muestra realizada del proyecto Universos Paralelos en la Rural.
Textos: Martin Gardella
Fotos: Christian Pereira
lunes, 3 de diciembre de 2012
Reunión de consorcio
Nadie se anima a preguntarle al vecino del cuarto piso sobre la causa de ese olor nauseabundo. Mucho menos por qué hace varios días que su esposa no sale del departamento, ni siquiera para hablar un rato con el encargado del edificio, como hacía todas las tardes. Tampoco se atreven a preguntarle si ha visto al encargado últimamente, era un muchacho tan servicial.
Cuento: Martin Gardella ( http://www.livingsintiempo.blogspot.com/ )
Foto: Christian Pereira ( http://www.christianpereira.com.ar/ )
viernes, 23 de noviembre de 2012
Las visitadoras
Descubrí que las muñecas de mi hermana cobran vida en la madrugada. Abandonan con delicadeza la casita en miniatura de la habitación contigua y entran en la mía, semidesnudas, para colarse en el cajón de mis muñecos articulados. Hago silencio para no molestarlos y, con los ojos cerrados, escucho el sonido del plástico retorciéndose, galopante contra la caja de madera. Media hora más tarde, se retiran sonrientes y despeinadas, con su flexible cuerpo agotado y la misión cumplida.
El episodio se repite indefectiblemente noche tras noche, aunque hoy, promete ser diferente. Asomado a la puerta de mi cuarto, el alegre rostro plástico de la muñeca gigante que le obsequié a mi hermana por su cumpleaños, observa el grueso candado que coloqué en el cajón de los juguetes, y me guiña un ojo. Todos duermen, excepto nosotros.
Cuento: Martin Gardella ( http://www.livingsintiempo.blogspot.com/ )
Foto: Christian Pereira ( http://www.christianpereira.com.ar/ )
jueves, 25 de marzo de 2010
Los caminantes
Me encanta pasear por la calle Florida. Es divertido observar en silencio a los veloces transeúntes de múltiples razas, escuchar a los artistas callejeros y dejarme tentar por las ventas ambulantes. Pero lo que más disfruto son los encuentros fortuitos, en medio del gentío, con esos sujetos exánimes que deambulan por el microcentro, invisibles a los demás caminantes, y tan parecidos a mí.
Cuento: Martin Gardella ( http://www.livingsintiempo.blogspot.com/ )
Foto: Christian Pereira ( http://www.christianpereira.com.ar/ )
domingo, 17 de enero de 2010
Estilo original
Un enorme huevo de pez fue arrastrado por la brava marea hasta una playa solitaria. Al sentir el calor del sol veraniego acariciando el cascarón, el pez supo que era el momento de nacer. Asomó su cabeza tímidamente y observó a una cangreja alegre que lo miraba con los ojos desorbitados.
- ¿Mamá? – preguntó el pececito.
- ¡Comida! – pensó la cangreja.
Sin embargo, al ver la mirada tierna y transparente del recién nacido, el crustáceo logró vencer su instinto y adoptarlo como si fuera un hijo de su propio vientre. Lo condujo a los empujones hasta las aguas de la costa y le enseño su nuevo hogar. Allí, el pez se sintió espléndido, como debe sentirse un pez en el agua. Y fue así que, gracias a la influencia de su madre de leche, el pequeño pez aprendió a nadar con un original movimiento hacia atrás, inventando un nuevo estilo que los demás peces adoran imitar.
Cuento: Martin Gardella ( http://www.livingsintiempo.blogspot.com/ )
Foto: Christian Pereira ( http://www.christianpereira.com.ar/ )
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lunes, 4 de enero de 2010
Gallito ciego
Me gusta salir a caminar de noche por la ciudad vacía. Es un placer recorrerla sin que nadie me atropelle, sin autos lanzados a la carrera ni sonidos estridentes que alteren mis nervios. Me siento el rey de la silenciosa metrópoli, anárquica, inhabitaba, imperturbable.
Al caminar por las calles oscuras, intento adivinar el camino escondido, apenas iluminado por la tenue luz de la esquina y el extremo encendido de mi cigarrillo. Me hace recordar los imborrables momentos de mi infancia, en que jugábamos al gallito ciego con los chicos del barrio, que se burlaban de mí cuando no lograba encontrarlos en la oscuridad. Pobre tonto, bueno para nada, me decían, aprovechándose de que era el más pequeño e inocente del grupo.
Algo de razón tenían, porque mientras ellos crecieron y lograron comprarse las lujosas mansiones que decoran la avenida, continúo viviendo en la antigua casita que era de mi madre. Debe ser por eso que me gusta visitarlos de vez en cuando, para jugar con sus cosas, mientras ellos duermen.
Al caminar por las calles oscuras, intento adivinar el camino escondido, apenas iluminado por la tenue luz de la esquina y el extremo encendido de mi cigarrillo. Me hace recordar los imborrables momentos de mi infancia, en que jugábamos al gallito ciego con los chicos del barrio, que se burlaban de mí cuando no lograba encontrarlos en la oscuridad. Pobre tonto, bueno para nada, me decían, aprovechándose de que era el más pequeño e inocente del grupo.
Algo de razón tenían, porque mientras ellos crecieron y lograron comprarse las lujosas mansiones que decoran la avenida, continúo viviendo en la antigua casita que era de mi madre. Debe ser por eso que me gusta visitarlos de vez en cuando, para jugar con sus cosas, mientras ellos duermen.
Cuento: Martin Gardella ( http://www.livingsintiempo.blogspot.com )
Foto: Christian Pereira ( http://www.christianpereira.com.ar )
sábado, 10 de octubre de 2009
Histeria
Tras varias horas de fatigosa espera, pudo sentir la tensión de la tanza. Aflojó la línea y lo dejó correr a su merced, deseándolo, disfrutándolo e imaginando todo lo que haría con él. Cuando lo tuvo en sus manos, se sintió tan responsable, que soltó el anzuelo de su boca y lo dejó ir.
Cuento: Martin Gardella ( www.livingsintiempo.blogspot.com )Foto: Christian Pereira ( www.christianpereira.com.ar )
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